EN ECUADOR NO ES DELITO SIMPATIZAR CON LAS FARC

"Hasta ahora lo que sabemos del señor Chauvín (....) es que era amigo de Raúl Reyes y tampoco es delito. Tampoco es delito en este país simpatizar con las FARC"

Lo dijo Rafel Correa en su "informe" de labores del día 7 de febrero del 2009


Vale la pena leer esta opinión publicada en el diario Hoy:

INFILTRADOS...POR LAS FARC

Por Ana Angulo Benavides

Hace poco menos de un año, luego de la incursión colombiana al campamento que tenían las FARC en Angostura, el presidente Rafael Correa creó una comisión para investigar una supuesta infiltración de la CIA en los organismos de seguridad del Estado, porque no le avisaron inmediatamente sobre el bombardeo. Pero, al cabo de un año, parecería que este Gobierno estuvo muy bien infiltrado por la narcoguerrilla de las FARC.

La declaración del ex subsecretario Político del Ministerio de Gobierno, José Ignacio Chauvín (que sería el "Comandante Nacho" mencionado en los computadores de "Reyes"), de que se reunió siete veces con el ex número dos de las FARC, "Raúl Reyes", habla por sí sola.

Además, ahora se sabe que la esposa de este altísimo funcionario del Gobierno de Alianza País (AP) habría sido una de las organizadoras del II Congreso de la Coordinadora Continental Bolivariana, realizado hace un año en Quito, desde el que salió un "tour" de estudiantes mexicanos al campamento de "Reyes".

Las revelaciones también descolocan la condición impuesta a Colombia de que finalice la campaña de vincular a nuestras autoridades con las FARC para reanudar las relaciones rotas tras la incursión. Además, el país vecino podría cuestionar los informes ecuatorianos sobre el hecho, puesto que Chauvín estuvo en la comitiva oficial que visitó el lugar un día después de la incursión. Podrían considerar que actuó como "juez y parte".

El miércoles último, el presidente Rafael Correa sostuvo que la amistad de Chauvín con "Reyes" no constituye ningún delito, aunque dijo que sería traición a la Patria si se comprueba que se reunía en territorio ecuatoriano, por no denunciar que el guerrillero tenía un campamento en el país.

La advertencia debería extenderse al hasta hace poco ministro de Seguridad Interna y Externa, Gustavo Larrea, ex jefe y amigo del alma de Chauvín, puesto que este último asegura haber coordinado el famoso encuentro entre el ex funcionario y "Reyes", mismo que primero fue negado, luego aceptado, pero no se dice dónde fue.

Qué dirá el presidente de la pésima investigación de la Fiscalía que no encontró mérito alguno para profundizar en el caso y permitió la salida de la mexicana Lucía Morett (en su país le siguen un juicio penal por terrorismo) y de las otras sobrevivientes del ataque en Angostura, cuando a la vuelta de un año se comprueba que al menos un ex alto funcionario del Gobierno se relacionaba con el grupo de las FARC que cuidaba la droga a la red Ostaiza, cuya cadena de distribución pasaba por México.

Alguien debe tener responsabilidad por todo esto. No es posible que nos hayamos enterado sobre los nexos de Chauvín, dirigente de AP que formó parte del Ministerio que debe velar por la seguridad de los ecuatorianos, con presuntos narcotraficantes y con guerrilleros que asesinan y secuestran.

Para colmo, la Comandancia policial sacó del caso a los policías especializados que destaparon todo este entramado. ¿Coincidencia?