Algo que acabo de leer en el blog La Alharaca me impulsó a escribir este post para compartir con ustedes un enlace a la versión PDF del libro de Carlos Alberto Montaner: "Las Raíces Torcidas de América Latina".

Hace pocos días en una de sus acostumbradas maniobras mediáticas, el Mico Mandante puso nuevamente en boca de muchos el libro del uruguayo Eduardo Galeano"Las Venas Abiertas de América Latina". Honestamente no he leído el libro de Galeano, libro que algunos han decidido llamar La Biblia del Idiota. En algún momento tal vez me daré el tiempo para leerlo por completo. Puede ser que luego de leerlo hasta me haga seguidor de Chavez y Correa.

Pero por ahora a más del enlace que ya puse arriba al libro de Carlos Alberto Montaner, quiero compartir con ustedes una parte de su texto:

Pudiera parecer que «el gran problema» de América Latina es el militarismo, pero tal vez estemos ante el error de tomar el síntoma por la enfermedad o el rábano por las hojas. La verdad es que la cuestión de fondo radica en la inconformidad de una parte sustancial de los latino americanos con el Estado en el que se dan cita en calidad de ciudadanos. No creen en él. No perciben a sus gobernantes como servidores públicos elegidos para beneficio de la sociedad. Sospechan que sus leyes son injustas y que sus jueces sentencian sin equidad, si es que alguna vez se logra mover la pesada maquinaria legal. Dan por sentada la corrupción de los políticos y de las burocracias oficiales: los más inescrupulosos, incluso, se sirven de ella para «engrasar» sus negocios. Y aunque los latino americanos suelen sancionar las constituciones en referéndums, lo hacen de una manera mecánica. Pura liturgia en la que no entran las convicciones más íntimas.

Ahora para tener algo de contraste, acá reproduzco un fragmento del libro de Galeano (sí, ahí está el enlace también):

Para quienes conciben la historia como una competencia, el atraso y la miseria de América Latina no son otra cosa que el resultado de su fracaso. Perdimos; otros ganaron. Pero ocurre que quienes ganaron, ganaron gracias a que nosotros perdimos: la historia del subdesarrollo de América Latina integra, como se ha dicho, la historia del desarrollo del capitalismo mundial. Nuestra derrota estuvo siempre implícita en la victoria ajena; nuestra riqueza ha generado siempre nuestra pobreza para alimentar la prosperidad de otros: los imperios y los caporales nativos. En la alquimia colonial y neo colonial, el oro se transfigura en chatarra, y los alimentos se convierten en veneno.

Ahí tienen material para ver el tema desde las dos orillas. Los gobiernos Socialistas del Siglo XXI se manejan con la teoría de las venas abiertas, mientras que algunos preferimos otras teorías menos hemofílicas.

3 comentarios:

David Zambrano dijo...

Hay que reconocer que este gorila troglodita de Chávez es un exito mediático, buen billete ¨socialista¨ que se está embolsando Galeano.

Yo tampoco lo he leído, pero creo que por lo menos en esta época de ¨democracia¨ contemporánea, la responsabilidad en este país ha sido nuestra, los líderes, dirigentes, actores sociales, económicos, los ciudadanos, todos hemos cometidos errores, unos más que otros.

Siempre habra excusa para estos gobiernos ¨socialistas del siglo XXI¨, Chávez denosta a los USA, él dice ¨el imperio es el culpable¨ , pero cuando el imperio le compra a Venezuela más de 80 millones de dólares diarios en barriles de petróleo indispensables para continuar la ¨revolución bonita¨, ahí sí ¨Keep on rockin in the free world¨...

mauflagrum dijo...

lee el libro, y si te preocupa enriquecer a Galeano, compra la copia pirata.

seguro encontrarás muchas cosas, si no es el 100% de ellas, que son ciertas.

y personalmente, no leería un libro de Montaner ni así me lo regalaran.

pero así es el mundo no? cada quien piensa lo que cree que está bien

saludos

Anónimo dijo...

En realidad no hay que tomar en serio lo que dice ese "compadre". Empieza por admitir que no ha leído a Galeano. ¿Cómo podré decir algo de El periquillo sarniento si no lo he leído? El mismo se descalifica. ¡Y tiene un blog este compadre! Antonio.